El Exorcista

Dirigida por William Friedkin

Jamás fui un gran fanático de las películas de terror, porque nunca he podido perder la fe el tiempo suficiente como para permitir que el monstruo tuviera tiempo de asustarme. Más bien creo que los 'demonios del inconsciente' son mucho más efectivos que cualquier trabajo exagerado de maquillaje. Prefiero The Haunting con Claire Bloom o The Shining con Jack Nicholson. Con todo, El Exorcista resultó ser un clásico de todos los tiempos. La seriedad con la que se trata el tema epistemológico es una de las razones por las que El Exorcista me sigue revolviendo el estómago. Aún cuando el único personaje que uno podría esperar que avance, el joven Padre Karras, interpretado por Jason Miller, hace lo imposible por disuadir a Ellen Burstyn de que su hija está poseída por el demonio. Naturalmente, para ese entonces, Karras ya le confesó a otro joven sacerdote haber comenzado a perder su propia fe.

Porque se da cuenta que los problemas que debe enfrentar con su congregación son demasiados para un solo hombre, sobre todo cuando se trata de alguien que descuidó a su propia madre aún en los últimos días de su vida.

También creo que una de las razones por las que esta película ha tenido tanto éxito es que la idea del demonio se ha tratado de una manera tan intangible como el alcance de nuestra imaginación: ¿Cómo NEGOCIARÍA el demonio con nosotros si nos confrontáramos? Leyéndonos el alma, descubriendo cualquier secreto que tuviéramos cuidadosamente escondido y vomitándolo luego contra nuestros rostros cual munición espiritual. Pero esto no es todo. Cuando uno ve a Regan (interpretada por Linda Blair) en las primeras escenas cabalgando plácidamente por los alrededores junto a su madre y hermana y recordamos la imagen encantadora que irradia, más tarde, al verla poseída y transformada en una criatura tan horrible, hace que uno quede totalmente perturbado y olvide todo lo que había visto antes de ella. El reparto de Max von Sydow también cuenta con un cura entrado en años, quien viene a completar el trabajo que el Padre Karras había iniciado. Von Sydow ha sido el guerrero espiritual de Ingmar Bergman en muchas de sus películas que trataron la naturaleza epistemológica del universo. Tampoco podemos dejar de reconocer el trabajo de Mercedes McCambridge en su creación de la voz del demonio.

Creo que El Exorcista es una de esas películas que ha logrado la mejor iluminación y fotografía de todos los tiempos. El recurso de las sombras es brillante; con tono moderado (se tratan las cosas simples, como mostrar un corredor iluminado, mas ver la escalera distante al FINAL del corredor oscuro... es todo un tema muy sutilmente espectral) aunque increíblemente evocador. Quiero decir, hasta las sombras condenadamente [tomadas desde tan] cerca tienen colorido. El Director de Fotografía, Owen Roizman, el mismo realizador de The Addams Family (La Familia Adams) y Grand Canyon, creó las tomas de El Exorcista. Entre los trabajos de Roizman se incluyen recordados títulos como The French Connection, Network, Tootsie, Three Days of the Condor, The Electric Horseman y Havana. En esta película cuya realización duró 180 días, tres veces más que lo usual, sólo el exorcismo demandó tres meses de filmación; incluso, durante esos días el mismo equipo se sentía afortunado cuando se lograba una toma. Esto se debió a que el director William Friedkin quería lograr una realización visualmente clara de las escenas en las que el espíritu satánico, que se hallaba en el interior de la chica poseída, había transformado el dormitorio en un sitio insoportablemente frío. Este dormitorio, todo un set refrigerado, fue construido sobre un escenario con acondicionadores de aire que funcionaron toda la noche para disminuir la temperatura a cuarenta grados bajo cero. Según explicaba Roizman, "De esta manera, al encender las luces a la mañana siguiente, la temperatura subía a casi cero grado, es decir, obteníamos la ambientación necesaria para que se pudiera ver el aliento congelado del actor. También conservamos la humedad muy alta. Fue un trabajo increíblemente desagradable e incómodo." Los primeros planos se realizaron con sistemas discoláser de imagen congelada para mostrar los destellos de la cara de Satanás, que Friedkin insertó en forma casi subliminal en dos cuadros, y para mostrar una doble exposición sutil, en la que el espíritu del demonio parecía espiar a través de los ojos de Blair. También se ven cuadros aislados, medio subliminales: cuando el cura sueña con su madre, que aparece desde el subte, aparece un cuadro aislado de la cara (de Eileen Dietz) en blanco y negro, haciendo muecas. También hay otros dos momentos en los que esta imagen presuntamente aparece: cuando Regan, tendida en la cama, gira para mirar al Padre Merrin y al Padre Karras y justo después de la escena del giro de la cabeza. Para ver acompañado.

Traducción: Patricia Melgar. pmelgar@wamcomputers.com.ar